Dislocaciones más comunes: hombro, cadera y codo. Síntomas, diagnóstico y tratamiento
¿Sabías que una articulación puede literalmente salirse de su sitio? Las dislocaciones son lesiones que pueden sonar alarmantes, pero son más comunes de lo que imaginas.
Desde las dislocaciones (o también conocidas como luxaciones) de hombro hasta las de cadera o codo, saber cómo identificarlas, tratarlas y prevenirlas es clave para evitar complicaciones mayores. Por eso, si alguna vez te has preguntado cuáles son los síntomas de una dislocación o qué tratamiento se debe seguir, ¡sigue leyendo!
Aquí te explicamos todo lo que necesitas saber sobre las dislocaciones más comunes de forma clara y sencilla.
¿Qué es una dislocación?
Una dislocación ocurre cuando los huesos que forman una articulación se desplazan de su posición natural (también conocido como luxación). Este desplazamiento provoca que los extremos óseos dejen de encajar correctamente, lo que genera dolor, inestabilidad y dificultad para mover la zona afectada.
¿Y por qué ocurren? Pues las dislocaciones suelen pasar cuando nos damos un golpe fuerte, nos caemos o practicamos deportes de contacto como fútbol, rugby o artes marciales. Y aunque pueden afectar distintas articulaciones, las más frecuentes se producen en el hombro, la cadera y el codo.
Antes de ver si existen diferencias, veamos los síntomas más comunes:
Síntomas de una dislocación
¿Cómo saber si has sufrido una dislocación? Aunque cada articulación puede presentar particularidades, estos son algunos de los síntomas más comunes:
Dolor intenso
El primer indicio suele ser un dolor agudo y localizado en la articulación afectada. Este dolor puede intensificarse al intentar mover la zona.
Deformidad visible
En muchos casos, la articulación puede lucir fuera de lugar o deformada, algo que puede notarse a simple vista. Este es un signo claro de que algo no está bien.
Inflamación
La zona afectada puede hincharse rápidamente debido al daño en los tejidos circundantes. En algunos casos, también aparecen hematomas.
Dificultad de movimiento
Una dislocación limita severamente el movimiento. Intentar mover la articulación puede ser extremadamente doloroso o incluso imposible.
Si experimentas uno o más de estos síntomas tras una lesión, es fundamental buscar atención médica cuanto antes. Recuerda que tratar de forma adecuada una lesión a tiempo evita complicaciones y favorece una recuperación más rápida.
Tratamientos para una dislocación
¿Cómo se trata una dislocación o luxación? El tratamiento de una dislocación dependerá de la gravedad de la lesión y la articulación afectada. Por lo general una dislocación puede curarse mediante un tratamiento conservador. Aquí te presentamos los enfoques más comunes:
Recolocación manual
El médico puede realizar una maniobra para volver a colocar los huesos en su posición natural. Esto se hace bajo anestesia local o sedación para evitar el dolor.
Inmovilización
Una vez recolocada la articulación, se puede utilizar un cabestrillo, férula o yeso para mantenerla inmóvil y permitir que los tejidos circundantes se recuperen.
Fisioterapia y rehabilitación
La fisioterapia es fundamental tras una dislocación para recuperar la movilidad, la fuerza y prevenir futuras lesiones.
¿Existen casos de dislocación más graves? Sí, y en esos casos el tratamiento puede ser diferente. Si ha habido daño significativo en los ligamentos o tejidos puede ser necesario recurrir a una intervención quirúrgica.
Dislocaciones más comunes
Algunas articulaciones son más propensas a dislocarse debido a su estructura, al tipo de movimiento que realizan o a que están más expuestas en ciertos deportes:
Dislocación de hombro
Es la más frecuente de todas. El hombro es una articulación muy móvil, lo que lo hace susceptible a este tipo de lesión, especialmente en deportes como balonmano, natación o rugby. Los síntomas incluyen deformidad visible, dolor intenso y dificultad para mover el brazo.
Dislocación de cadera
Menos común, pero más grave. Suele ocurrir tras accidentes de tráfico o caídas fuertes. Los pacientes presentan una pierna más corta que la otra y no pueden caminar ni mover la cadera.
Dislocación de codo
Común en niños y deportistas, suele producirse tras una caída sobre el brazo extendido. Provoca deformidad, hinchazón y dificultad para doblar el codo.
Sin embargo, además de estas, existen otras luxaciones que también pueden ocurrir, aunque son menos comunes. Algunas de ellas incluyen la dislocación de muñeca, rodilla, mandíbula y los dedos de las manos y pies. Cada una de estas dislocaciones puede tener sus propios síntomas y necesidades de tratamiento, pero lo importante es identificar la lesión a tiempo para evitar complicaciones.
¿Cómo prevenir las dislocaciones más comunes?
Aunque no siempre podemos evitar accidentes, hay varias medidas que puedes tomar, en especial algunos hábitos en tu rutina diaria, que te pueden ayudar mucho a la hora de reducir el riesgo de sufrir una dislocación y cualquier otro tipo de lesión:
Fortalece los músculos alrededor de las articulaciones
El entrenamiento de fuerza puede ayudar a que tus músculos protejan mucho mejor cada una de las articulaciones, mejorando su estabilidad.
Usa protección en los deportes de contacto
En deportes de contacto, como rugby o artes marciales, el uso de protectores para hombros, codos o rodillas puede marcar la diferencia. Así evitas que posibles golpes puedan provocar una dislocación y otro tipo de lesiones.
Practica las caídas
¿Te suena raro? ¡Pues es muy importante! En especial para aquellos que practican deportes en los que las caídas están más que garantizadas. Aprender técnicas de caída, especialmente en deportes como judo o esquí, puede ayudarte a proteger tus articulaciones.
Haz estiramiento y calentamiento
Un cuerpo preparado es menos propenso a sufrir lesiones, y por eso este es un consejo que nos dan desde niños en educación física. Dedica al menos 10 minutos antes de entrenar para estirar y activar tus músculos.
Las dislocaciones son lesiones que no debemos tomar a la ligera. Desde las dislocaciones de hombro hasta las de cadera o codo, cada una requiere atención médica inmediata y un proceso de recuperación adecuado. Aunque el dolor y la limitación inicial pueden ser alarmantes, con el tratamiento correcto y una buena prevención, es posible recuperarse completamente.
En la Clínica de la Dra. Nuria Urquiza, sabemos lo importante que es detectar, tratar y prevenir las dislocaciones de manera efectiva. Por eso, si has sufrido una dislocación o sientes molestias en alguna articulación, te invitamos a que nos visites.
Recuerda, prevenir también es clave. Te ofrecemos asesoramiento personalizado para fortalecer tus articulaciones y evitar futuras lesiones. ¡No dejes tu salud articular al azar!