Inestabilidad crónica de tobillo en deportistas

Inestabilidad crónica de tobillo en deportistas

Cuando hablamos de inestabilidad crónica de tobillo, hacemos referencia a una de las patologías más comunes de dicha articulación, sobre todo en personas que practican deporte de impacto.

Esta condición patológica ocurre cuando los ligamentos y otras estructuras anatómicas implicadas en la estabilización y sujeción del tobillo, pierden su función. 

Pero, ¿qué es la inestabilidad crónica de tobillo? Te contamos los síntomas para detectarla, así como su tratamiento, cirugía y métodos de prevención.

Empezamos.

 

¿Qué es la inestabilidad crónica de tobillo?

inestabilidad crónica de tobillo

Para entender qué es la inestabilidad crónica de tobillo, primero debemos hacer especial mención al esguince de tobillo.

El esguince de tobillo es una de las lesiones deportivas más frecuentes. Ésta ocurre cuando se produce una entorsis o giro del tobillo con una lesión de los ligamentos, normalmente en la zona lateral, que estabilizan el tobillo.

Cuenta con varios grados de rotura, desde rotura parcial hasta rotura completa de uno o varios ligamentos. Estos ligamentos rotos por el esguince de tobillo son reparados por el proceso de cicatrización del organismo.

Si ocurren varios esguinces de tobillo que no han cicatrizado, puede surgir la inestabilidad crónica de tobillo. Ésta representa la falta de sujeción de los ligamentos del tobillo y, como consecuencia, produce dolor y sensación de que el tobillo no está fijo. 

 

Causas de la inestabilidad crónica de tobillo

Como hemos mencionado anteriormente, la inestabilidad crónica de tobillo sucede cuando hay presencia de un desgarre o estiramiento de las partes blandas de los ligamentos, que se encargan de mantener unidas las articulaciones del tobillo, junto a otras estructuras.

Las principales causas de la inestabilidad crónica de tobillo en deportistas son:

-Inestabilidad mecánica: es provocada por un exceso de laxitud de los ligamentos. Esto provoca un rango de movilidad en el tobillo mayor y una menor sujeción.

-Inestabilidad funcional: es provocada por un déficit de propiocepción y neuromuscular que, a su vez, es causado por daños en ligamentos, tendones y nervios debido a esguinces de repetición.

-Déficit de fuerza muscular: la debilidad de los tendones de los músculos peroneos puede ocasionar inestabilidad de tobillo, ya que lo “sujetan”.

-Alteraciones en la morfología del pie: si se presenta una caída del arco plantar (pie plano) o aumento del arco plantar (pie cavo). En ambos casos, puede ocurrir un patrón de marcha patológico con exceso de supinación o sobrecarga de la banda lateral del pie.

-Deporte de impacto, como baloncesto o tenis, o sobre terrenos irregulares (trekking o senderismo).

-Calzado inadecuado: insuficiente contrafuerte en tobillo, tacón, etc. 

-Disfunciones suprayacentes al tobillo, como la rodilla, la cadera o la pelvis.

-Falta de movilidad en el tobillo lesionado.

-Debido a la forma de caminar, es decir, una mala postura o desequilibrios mecánicos pueden producir una inestabilidad crónica del tobillo.

Diagnóstico

Cuando hacemos referencia al proceso de evaluación y diagnóstico de una inestabilidad crónica de tobillo, el médico especialista preguntará sobre alguna lesión o inestabilidad de tobillo previa. 

A continuación, examinará el tobillo para revisar áreas sensibles, señales de inflamación e inestabilidad de tobillo.

Además, este diagnóstico se puede complementar con radiografías u otros estudios de imagen diagnóstica, para obtener así una mejor evaluación del estado del tobillo.

 

Síntomas

Inestabilidad crónica de tobillo

Los síntomas asociados a la inestabilidad crónica de tobillo en deportistas pueden ser variados. Es importante conocer los antecedentes y traumatismos previos en esta articulación.

Aún así, los síntomas más comunes son:

Debilidad en el tobillo: al realizar deporte y en el día a día, se nota que la propensión a sufrir torceduras o pasos en falso se incrementa.

-Dolor: los deportistas pueden notar dolor al realizar actividad física con diferentes grados de intensidad.

-Quemazón: se presenta la zona sobrecargada.

-Se nota la zona “acartonada”.

 

Tratamiento y prevención para la inestabilidad crónica de tobillo

El tratamiento siempre deberá ser personalizado y realizado de manera individualizada, adaptado a las necesidades y características de cada paciente, teniendo en cuenta la gravedad de la lesión, entre otras consideraciones.

El objetivo del tratamiento será disminuir el dolor, así como prevenir futuras lesiones. Por este motivo, será importante detectar a tiempo cualquier tipo de anomalía relacionada con el tobillo.

¿Qué tipo de tratamientos existen?

-Tratamiento fisioterapéutico: entrenamiento propioceptivo, vendajes funcionales. control postural, etc.

-Ejercicios para la inestabilidad de tobillo y estiramientos para el refuerzo de grupos musculares con déficit de fuerza.

-Medicación. Los medicamentos antinflamatorios no esteroides (NSAID), como el ibuprofeno, ayudarán a reducir el dolor y la inflamación.

-Plantillas personalizadas para corregir patrones de la marcha patológicos, como la sobrecarga del eje lateral, el exceso de supinación, etc. Cabe destacar que, es fundamental realizar previamente un estudio biomecánico para poder detectar estos u otros patrones patológicos a corregir.

-Ortesis tipo tobillera para poder favorecer la estabilidad del tobillo y evitar que gire. Ayudará a prevenir esguinces de tobillo adicionales. 

-Calzado deportivo adecuado: debe disponer de un buen contrafuerte adaptado a las necesidades biomédicas de cada paciente.

-Tratamiento quirúrgico: solamente cuando el tratamiento conservador es insuficiente.

 

Cirugía

El médico especialista solamente recomendará recurrir a cirugía si los tratamientos no quirúrgicos no han funcionado y, asimismo, en base a el grado de inestabilidad. 

Las opciones quirúrgicas consisten en la reparación o reconstrucción del ligamento o los ligamentos dañados. El médico determinará el mejor procedimiento para cada caso, dependiendo de la gravedad de inestabilidad y su nivel de actividad. 

Existen distintas técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la inestabilidad crónica de tobillo:

-Artroscopia de tobillo: se realiza una artroscopia para poder ver todas las estructuras del tobillo, a través del portal externo se realiza una reparación artroscópica del ligamento PAA y o PC del complejo lateral.

Se recomienda esta técnica en los casos que quede más tejido ligamentoso y una inestabilidad crónica de tobillo no tan acusada.

-Técnica abierta: se realiza un retensado y un refuerzo del complejo lateral externo, denominada técnica de Brostrom Gould.

Se realiza una pequeña incisión en la zona lateral, sobre el peroné, y se retensa el complejo lateral externo junto con el retináculum inferior. Se utilizan unos anclajes fijados en el peroné para aportar mayor estabilidad. 

-Plastia ligamentosa: se sustituyen los ligamentos, ya que con el retensado que se realiza en las anteriores  técnicas no es posible conseguir una correcta estabilidad.

Se realizan unos túneles en astrágalo, peroné y calcáneo para colocar el nuevo ligamento. Esta plastia se fija con unos tornillos intraóseos.

 

Tiempo de recuperación

La longitud del periodo de recuperación puede variar, dependiendo de cada caso tratado de forma personalizada y de los procedimientos realizados.

Normalmente, se permite la carga del tobillo a las 2 o 3 semanas, con un walker y realizando ejercicios para poder mejorar y mantener la movilidad.

Este walker es retirado a las 4 o 6 semanas y se inicia un proceso de recuperación para optimizar la movilidad, propiocepción y fuerza del tobillo.

 

Como habrás podido ver, la inestabilidad crónica de tobillo es una patología sencilla de tratar a través de tratamientos no quirúrgicos. En el caso de necesitar cirugía, contamos con especialistas que podrán ayudarte en el proceso.

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