Lesión en el tendón de aquiles: tipos, síntomas, causas y tratamiento

Lesión tendón de Aquiles

Si eres deportista o sueles realizar bastante actividad física y/o deportiva, una lesión en el tendón de Aquiles puede resultar grave. 

¿Cómo identificar los síntomas y causas y tratarla de manera correcta?

¡En el post de hoy te contamos todo lo que debes saber!

Empezamos.

 

¿Qué es una lesión en el tendón de Aquiles? Tipos

Una lesión en el tendón de Aquiles, o más comúnmente conocida como tendinitis aquílea, es una lesión producida por sobrecarga del tendón de Aquiles, ya que es un cordón fibroso que conecta los músculos de la parte trasera de la pantorrilla con el hueso del talón. Si el tendón de Aquiles se estira excesivamente, puede desgarrarse total o parcialmente.

Es una zona propensa a sufrir lesiones y patologías diversas, ya que soporta una intensa actividad continuamente.

 

Lesiones del tendón de Aquiles

tendón de Aquiles

¿Qué tipo de lesiones existen en el tendón de Aquiles?

  1. Tendinitis y tendinosis: la tensión y el no parar, puede generar una inflamación en la zona, es decir, una tendinitis. Suele producirse a unos ¾ centímetros por encima de su inserción en el hueso calcáneo.

Si no se trata de forma correcta, puede agravarse y derivar en una tendinosis. 

La tendinosis es un deterioro de los tejidos del propio tendón, en concreto de las fibras de colágeno que le dan forma y puede derivar en una rotura.

       -Bursitis: es la inflamación de las bursas o bolsas sinoviales del tendón de Aquiles, una anterior y otra posterior. La bursitis posterior suele suceder debido a la presión que ejerce el calzado sobre el talón en esa zona.

       -Rotura: es un desgarro, parcial o total, de las fibras que conforman el tendón de Aquiles. Dependiendo de su gravedad, existen 3 grados de rotura:

-Grado 1: las roturas de fibras son muy pequeñas y son difíciles de apreciar mediante resonancias magnéticas, ecografías o radiografías.

-Grado 2: la rotura de fibras es apreciable. Se puede observar una depresión en la zona del tendón de Aquiles.

-Grado 3: el desgarro del tendón es completo.

 

Síntomas y causas

Síntomas

El principal síntoma de una lesión en el tendón de Aquiles es un dolor leve en la parte posterior de la pierna o arriba del tobillo, después de practicar una actividad física. También, otro posible síntoma es un dolor ligero o rigidez, que suele mejorar con actividad leve.

Algunos de los síntomas más comunes son:

-Dolor intenso e hinchazón cerca del talón.

-Incapacidad de doblar el pie hacia adentro.

-Sonido de rotura o quiebre.

-Incapacidad de mantenerse de pie con la pierna lesionada.

 

Causas

Normalmente, las lesiones en esta zona, se producen por una tensión repetitiva o intensa en la zona, o un incremento repentino de la presión ejercida sobre el tendón de Aquiles, por ejemplo, cuando se aumenta la intensidad de la actividad deportiva.

Las causas de una lesión en el tendón de Aquiles son diversas, algunas de ellas son:

-Actividad intensa que implica una extensión excesiva de la zona.

-Práctica deportiva ocasional.

-Caminar o hacer deporte en zonas con pendientes significativas.

-Pronación durante la pisada.

-Golpe o traumatismo.

-Uso de calzado inapropiado.

-Contar con un arco del pie alto o plano.

-Sufrir otras enfermedades, como la tensión arterial elevada y la psoriasis.

-Ingesta de algunos medicamentos, como por ejemplo las fluoroquinolonas. Las infiltraciones con esteroides también pueden influir.

 

Tratamiento

tendón de Aquiles

Pero, ¿cómo curar una lesión en el tendón de Aquiles?

El tratamiento para la rotura del tendón de Aquiles puede diferir, dependiendo de la edad, el nivel de actividad y la gravedad de la lesión. 

En líneas generales, los deportistas  o personas jóvenes, suelen elegir la cirugía como tratamiento para reparar el tendón de Aquiles cuando está totalmente roto. Sin embargo, las personas adultas suelen preferir un tratamiento no quirúrgico. 

Estos dos tipos de tratamiento son efectivos, a continuación los explicamos en detalle:

-Tratamiento no quirúrgico:

Este enfoque supone:

  • Mantener el tendón en reposo usando muletas
  • Colocar hielo en la zona
  • Tomar analgésicos 
  • Mantener el tobillo en reposo durante las primeras semanas, en general, con una bota para caminar con tacones de cuña o un yeso, o con el pie flexionado hacia abajo

Con este tratamiento no quirúrgico, evitas una infección. Aun así, un enfoque no quirúrgico incrementa las probabilidades de que vuelva a ocurrir una lesión, por lo que la recuperación puede tardar más.

-Cirugía:

Se realiza una incisión en la parte inferior de la pierna y se vuelve a unir el tendón desgarrado a través de puntadas. Dependiendo del estado del tejido desgarrado, la reparación se podría reforzar con otros tendones.

Un procedimiento mínimamente invasivo, como una artroscopia, reduce las tasas de infección en comparación con las de los procedimientos abiertos.

Rehabilitación y recuperación de una lesión en el tendón de Aquiles

Después de realizar el tratamiento, será importante llevar a cabo ejercicios de fisioterapia para fortalecer los músculos de la pierna y el tendón de Aquiles. 

Normalmente, se suele recuperar el nivel de actividad normal en un período de cuatro a seis meses. Será de vital importancia continuar con el entrenamiento de fuerza y estabilidad posteriormente.

Existe un tipo de rehabilitación llamada «rehabilitación funcional» que también se centra en la coordinación de las partes del cuerpo y el movimiento. El objetivo es que puedas recuperar tu mayor nivel de desempeño, como deportista o en la vida diaria.

La rehabilitación después del tratamiento, quirúrgico o no quirúrgico, también ayuda a recuperar el movimiento con mayor brevedad y rapidez. 

 

Cómo prevenir una lesión en el tendón de Aquiles

El mejor tratamiento es siempre la prevención. Recomendamos seguir los siguientes puntos para evitar complicaciones:

-Eleva progresivamente la intensidad de la actividad deportiva. Es frecuente que las lesiones del tendón de Aquiles ocurran después de incrementar abruptamente la intensidad del entrenamiento. Aumenta la distancia, la duración y la frecuencia de tu entrenamiento, como máximo, un 10 por ciento por semana.

-Incluye ejercicios de calentamiento y estiramientos para evitar lesiones en el tendón de Aquiles. 

-Evita realizar cualquier actividad física sobre superficies muy duras o deslizantes.  Asimismo, vístete adecuadamente para entrenar en climas fríos y usa calzado deportivo que se ajuste adecuadamente, con una amortiguación correcta en los talones.

-Haz uso de un calzado apropiado y flexible, que soporte adecuadamente el arco del pie y amortigüe el talón.

-Ejercita los músculos de las pantorrillas para que el talón de Aquiles se habitúe a la actividad intensa.

-Realiza entrenamientos cruzados. Alterna actividades de alto impacto, como correr y saltar, con actividades de bajo impacto, como andar en bicicleta y nadar. Evita actividades que provoquen tensión excesiva en los tendones de Aquiles, como la carrera de montaña y las actividades de salto.

 

En definitiva, si sufres o crees que sufres una lesión en el tendón de Aquiles, ¡te aconsejamos que contactes con nosotros! De esta forma, te ayudaremos en todo el proceso, de forma personalizada, y siempre priorizando tu salud y garantizando la mejor recuperación posible.