Síndrome de la cintilla iliotibial o rodilla del corredor
El síndrome de la cintilla iliotibial es también denominado coloquialmente “Maissat o Rodilla de Corredor”, debido a la gran cantidad de casos registrados en deportistas que se identifican como corredores de largas distancias.
Este síndrome de rodilla del corredor se manifiesta sin previo aviso, junto a un dolor agudo e incapacitante de forma repentina, produciendo grandes molestias y limitando la normal actividad física diaria.
En el post de hoy te contamos qué es el síndrome de la cintilla iliotibial, sus síntomas, tratamientos y ejercicios para prevenirlo.
Empezamos.
¿Qué dolencia es la rodilla del corredor?
El síndrome de fricción de la banda iliotibial ocurre cuando hay un roce repetitivo entre el tendón largo del músculo tensor de la fascia con la parte exterior de la articulación de la rodilla, concretamente con el cóndilo femoral externo.
El tendón que se extiende desde la parte externa del muslo hasta la rodilla recibe el nombre de cintilla o banda iliotibial, ya que el músculo va desde la pala iliaca hasta la zona anterior y externa de la tibia.
El roce o la fricción entre la prominencia externa del fémur en la rodilla (cóndilo) causa en algunos pacientes, especialmente corredores profesionales, dolor e inflamación.
Por este motivo, a este síndrome se le llama comúnmente rodilla del corredor, y puede aparecer en cualquier corredor novel por inadecuada forma física y calzado, o en avanzados por sobreentrenamiento.
Síntomas del síndrome de la cintilla iliotibial
El principal síntoma de una lesión de la cintilla iliotibial es el dolor agudo o incluso pinchazos en la parte externa de la rodilla, específicamente en el epicóndilo lateral del fémur dónde roza el tendón de la fascia lata (o cintilla iliotibial). Esta patología indica un desequilibrio que sobrecarga la cintilla iliotibial.
Aparece al hacer ejercicio y empeora gradualmente. Normalmente, después de tres o cuatro días, el dolor desaparece, pero se reproduce cada vez que se realiza ejercicio. En los casos más graves, se puede producir un gatillo al saltar la cintilla por encima del epicóndilo, emitiendo un chasquido que se confunde con una subluxación de la tibia.
Tratamiento
Es necesario combinar distintos tratamientos para esta lesión de la cintilla iliotibial.
El objetivo principal será reducir el dolor y la inflamación para acondicionar los músculos y que la lesión no se repita cuando se vuelva a realizar ejercicio.
La eficacia del tratamiento conservador (no quirúrgico) dependerá de los meses corriendo con dolor, es decir, a más meses corriendo con dolor, menos probabilidad de que el dolor mejore.
Antes de llevar a cabo cualquier tratamiento, se analizará cada caso de forma personalizada y, en caso de no presentar gravedad, se priorizará un tratamiento basado en mejorar los factores biomecánicos.
Los posibles tratamientos de esta lesión son los siguientes:
–Modificación de la actividad
Se modifican temporalmente las actividades que generan dolor en las rodillas y puede significar cambiar la rutina a actividades de bajo impacto, como el ciclismo, la elíptica y la natación.
No es aconsejable el descanso completo y se pueden valorar cambios en la superficie de entrenamiento o calzado, etc.
–Crioterapia y AINES Locales
Aplica hielo de 10 a 15 minutos, 2 o 3 veces al día y combínalo con pomadas de diclofenaco o dexketoprofeno. Es recomendable aplicarlo después de hacer ejercicio, para así garantizar que el dolor no vuelva.
–Infiltración de corticoides
En casos de mucha bursitis, se puede valorar la infiltración de corticoides, los cuales dan un rápido alivio, pero no ayudan a mejorar el pronóstico.
–Fisioterapia
Un fisioterapeuta profesional puede realizar masajes deportivos para ayudar a relajar los tejidos y la fascia lata, y utilizar técnicas de liberación miofascial que son altamente efectivas.
-TENS o ultrasonido
Ayudan a reducir el dolor y la inflamación. Las técnicas de punción seca o la acupuntura también pueden ser beneficiosas.
–Ejercicios de musculación
Mejorar la fuerza de los músculos en la parte exterior de la cadera, evitará que la rodilla gire hacia dentro al correr, y por lo tanto ayudará a reducir la fricción en el tendón de ITB en la rodilla.
–Vuelta progresiva
Haz una vuelta progresiva a tus entrenamientos u/o actividad física diaria. No realices un entrenamiento excesivo.
Si todo lo anterior no funciona, recomendamos una intervención quirúrgica, como una artroscopia de rodilla.
Ejercicios
Para lograr un tiempo de recuperación menor, es importante que el tratamiento se combine con ejercicios para la cintilla iliotibial. ¿Cuáles?
-Estiramiento del tensor de la fascia lata para normalizar la tensión. Deja la pierna lesionada detrás de la sana, con la rodilla estirada, y empuja la pelvis hacia el mismo lado hasta notar tensión en la zona de la cadera. Mantén esta posición durante 20 segundos y, a continuación, vuelve lentamente a la posición inicial y repite el ejercicio otra vez.
Para fortalecer la musculatura y estabilizar la cadera, puedes realizar los siguientes ejercicios:
-”El puente”: túmbate boca arriba con las rodillas flexionadas y la planta de los pies apoyada en la anchura de las caderas. Eleva la pelvis, tirando del pubis hacia el ombligo, hasta quedar apoyado sobre los hombros y los pies. Repite este ejercicio 10 veces.
-Con una banda elástica, de pie, separa la pierna afectada y nota la resistencia de la separación. Si no cuentas con una banda elástica, realiza el ejercicio tumbado sobre el lado sano, con las piernas estiradas, elevando y descendiendo la pierna afectada. Repítelo 10 veces con cada pierna.
Una buena progresión en los entrenamientos y el acondicionamiento físico es importante para evitar posibles lesiones, si notas dolor en la zona, no esperes a que sea insoportable y te incapacite en tu rutina diaria.
Si necesitas un diagnóstico personalizado o tratamiento porque piensas que puedes tener una lesión en la cintilla iliotibial, ¡no dudes en contactar con nosotros aquí! Te ayudaremos en todo el proceso.